martes, 6 de marzo de 2012

Escuelas aceleradas

        Suena a aprender más rápido, a niños superdotados o algo así, a estudiar dos cursos por año...lo cierto es que no se habla mucho por no decir nada de ellas.
        A grandes rasgos es todo lo contrario. Se dirige a alumnos desaventajados, precisamente para equipararlos a los alumnos que no presentan esta situación y procurarles un igualdad educativa.

         Ante una población de niños que llevan un aprendizaje más lento por ejemplo, por desconocimiento del idioma, podemos actuar de dos maneras.
- Exigirle menos y que acaben la etapa de infantil sólo sabiéndose la a.
- Plantearnos métodos alternativos para que aprendan lo mismo pero con un refuerzo continuo.

        La etapa de infantil tendría que configurarse de una manera global, con objetivos generales de ciclo y no por niveles. Si al finalizar la etapa de infantil tienen que saberse las vocales, debemos enseñarlas, da igual que en 3 años deban saber la a y la e, nosotras enseñaremos las vocales. A lo mejor las aprenden todas en 5 años, pero terminan la etapa sabiéndoselas.

        Si ralentizamos el ritmo, no hacemos otra cosa que acrecentar las desigualdades educativas y provocar un mayor riesgo de fracaso y exclusión social.
        Si aceleramos el proceso, podemos conseguir que los niños lleguen al nivel deseado y cuenten con las mismas posibilidades educativas. Es un manera de ofertar lo mismo, de qué eduquemos con la convicción de que no hay limites al aprendizaje.
         Los niños tienen que tener las mismas opciones educativas, no podemos cerrar puertas o castrar su futuro amparándonos en un aprendizaje más lento. Debemos procurar que se equipare al exigido para reducir las desigualdades educativas.

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