Ponente: Bárbara Aguilar . Inspectora de educación, pero antetodo maestra.
Desde mi punto de vista ha sido el broche perfecto para el conjunto de charlas preparadas por Alicia Zubiarrain.
Nos abre las puertas al punto de vista de una inspectora, pero lo que realmente nos transmite, es hasta dónde puede llegar el amor a la educación por parte de una maestra.
En charlas anteriores, yo destacaría, la edad, es decir, nos hemos encontrado con mujeres que llevando muchos años dedicándose a la profesión, se han encontrado con una invasión de la tecnología. Es la excusa perfecta, de "yo ya con 40 años no voy a aprender a usar un ipad". Son mujeres que no han usado un pc para hacer sus trabajos, o que no han tenido un teléfono movil hasta los 38. ¿Qué nos han enseñado? pues eso, que hay que reciclarse, que el no saber no justifica el no hacer. Con la experiencia con la que contaban se han construido un trampolin que les ha permitido saltar a la innovación, a la creación de proyectos. Pero ahora con Bárbara, nos podemos imaginar como una joven maestra que entra a un centro también lucha por esa mejora. Está más cerca de la tecnología, tiene la edad perfecta para arriesgarse pero...no deja de ser una joven maestra. Pero lucha, lucha, lucha y lucha contra viento y marea defendiendo su proyecto. Me encanta como abre puertas, más bien, creo que rompe muros y cronstruye sus propias puerta. Esa capacidad de lucha y esa fuerza y alegria que transmite me llena de optimismo.
Contándonos su experiencia y acompañada de sus videos, te das cuenta que lo pasó fatal, que no fue fácil, que no todo el mundo lucha para y en contra de lo mismo. Pero verla ahí, narrándolo como una autentica monologuista, extrayendo el humor de temas sumamente serios, hace que pienses : ¿Ella sí y yo no?¿Por qué?. No voy a estar sola si defiendo mi proyecto. Antes ha habido gente como Bárbara que luchó y ahora me toca a mi.
Ella como maestra, no consiguió llevar a cabo su sueño, pero ahora como inspectora, puede influir en el trabajo de maestros mediocres que han alcanzado su sueño con la plaza y no con un buen ejercicio de la profesión.
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