viernes, 18 de mayo de 2012

A ver, a ver...¿Qué puedo investigar?

      Cuando eres docente, y más de niños de edades tan tempranas, es importante poder obtener información de otras fuentes, y no solo de lo que te digan tus pequeños alumno.
     Esta premisa siempre debe estar pululando por tu mente. Todo es objeto de investigación, de cualquier tema puedes lanzar una hipótesis y elaborar un estudio para evidenciar su validez. Todo vale, desde si los niños que duermen 8 horas rinden  más, hasta si los niños nacidos bajo el influjo de la luna llena son más altos.
    Los objetos de investigación son infinitos, pero no tenemos que olvidar lo que somos y la finalidad que vamos a darle a esta investigación educativa.

    Como maestras, esta investigación nos debe servir para enriquecernos. Es decir, con el resultado obtenido vamos a mejorar nuestra metodología, la atención de nuestros pupilos, su rendimiento en el aula, su socialización...en resumen, nuestro objeto de investigación debe estar controlado por nosotras de tal manera, que si demostramos nuestra hipótesis, y hay que modificar algo, lo podamos hacer.
    Sería absurdo pretender que unos padres cambien de vivienda porque yo he demostrado con mi estudio que los niños que viven en pisos altos son más listos que los que viven en pisos bajos. ¿Para qué? ¿Qué consigo?

    Estas investigaciones, denotan por parte de la maestra, un interés añadido por sus alumnos. No debería ser así, pero como en el caso de la innovación educativa, aquí también estamos ante un sobreesfuerzo de la maestra. Tomar notas, observar, llevar listas de control...todo esto, supone un incremento en tu trabajo diario.

    No obstante, si la investigación esta reflexionada, estudiada, meditada...los resultados de la misma pueden ser muy reveladores y muy útiles.

    Yo creo, que siempre debes pensar en ayudar a tus niños, y si llevando una lista de control o trabajando un poquito más consigues que ese niño que apenas habla, y que es rechazado por sus compañeros llegue a integrase, has trabajado bien, ha merecido la pena todo.

    Trabajamos con personas, con niños, niños que son esponjitas y para los que tu eres una especie de dios. Aprovechémoslo. Formemos personitas que hagan que este mundo vaya un poquito mejor.

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